¿Cómo elegir en qué hay que educarse para que los profesionales puedan adaptarse? Esta es una pregunta que se hacen muchas empresas, cuya respuesta se basa en dos pilares básicos: la formación continua y el asesoramiento formativo. ¿Cómo hacerlo? Mediante la inclusión de ambos aspectos dentro de la estructura de cada organización.

Un cambio de paradigma

Una oferta formativa tan ingente puede bloquear, incluso, al adulto más informado. Por ello, hay que ir más allá y contar con planes continuos de formación, de tal manera que los trabajadores dispongan siempre de contenidos actualizados, ya que los tiempos han cambiado y los empleos cada vez se transforman con mayor celeridad.

Por esta razón, las necesidades de las empresas cambian, lo que implica que los profesionales también deban adaptarse a los nuevos entornos. Ahora bien, ¿cómo se llega a esta transformación? Como se ha comentado, los tiempos actuales son muy diferentes a los de hace 30 o 40 años, cuando las formaciones eran todas presenciales, salvo los cursos por correspondencia.

Hoy en día, hay muchas opciones de aprender y acceder a distintos cursos, algo que se ha multiplicado de forma exponencial con el paso de los años. No solo hay que destacar el papel de las personas que llevan algunos años en el mercado laboral, sino también el de los más jóvenes.

Si estudiar carreras universitarias o cursos de formación profesional era sinónimo de obtener trabajo enseguida, hoy esta perspectiva es bastante distinta. La competencia es mucho mayor, pero también la oferta de formación, desde MOOC hasta bootcamps y programas de todo tipo, los cuales pueden abrir muchas puertas laborales.

Claves de la formación continua y el asesoramiento formativo

En la actualidad, no basta con estar asentado en una profesión, sino que es preciso reciclarse, aunque se tenga un contrato fijo o se haya conseguido una plaza de funcionario. De hecho, la comprensión de estos nuevos conceptos no solamente está vinculada con los estudiantes o los profesionales de la empresa privada, sino también con los funcionarios que necesiten saber de las nuevas técnicas y metodologías de aprendizaje.

Igualmente, esta formación continua se atisba como una obligación también para las personas que tengan puestos en la alta dirección. Así, formarse no debe verse como una simple opción, ya que no solamente se necesitan buenos líderes, sino también buenos técnicos. De la misma manera, hay que dar ejemplo al resto de empleados de una compañía, entrando así en el asesoramiento formativo.

Cada día son más las empresas que cuentan con departamentos propios de formación. De este modo, pueden moldear los conocimientos que imparten de acuerdo a la filosofía de su compañía. Además, esto tiene muchas ventajas para los propios empleados, quienes ven que la empresa les da las herramientas adecuadas para seguir formándose y creciendo en el sector al que se dedican.

Por todo ello, es importante contar con la ayuda de una agencia de colocación con servicio de orientación laboral, como Focyl. Gracias a ello, la formación continua y el asesoramiento formativo estarán muy presentes en cualquier empresa. Todo con miras de futuro.

Formación continua

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